Los días de lluvia, los chicos faltan porque no pueden acceder a la cuadra
El Jardín N° 1013, sin gas, asfalto ni esperanzas de mejoras
21/08/2012 Los padres y docentes del colegio de Antonio Zinny y Recuero, al que asisten chicos de entre 3 y 5 años, se quejan porque no tienen gas ni soporte eléctrico para instalar estufas. "No creemos que esta situación cambie pronto", se lamentan.
La falta de gas no es el único problema. La entrada de electricidad no es suficiente para poner en funcionamiento varios aparatos eléctricos, como caloventores. "En pleno invierno, los chicos no se pueden sacar la campera ni los guantes del frio que hace", cuenta Hernán Fernández, papá de dos alumnos, quien asegura que en verano el calor es insoportable. Aunque ya se hicieron mediciones y se presentaron dos proyectos para dar gas al jardín y a los colegios primarios y secundarios, la respuesta no llega y los padres y maestros comienzan a impacientarse. "Nos dijeron que hasta el año que viene no tienen presupuesto para poner gas en el Jardín, que esperemos", cuentan las maestras, quienes prefieren resguardar su identidad.
Las condiciones edilicias no mejoran el panorama. Las paredes tienen humedad. Las ventanas de las aulas no se abren, o filtran agua y viento. "Hace poco pudimos cambiar la de una sala, porque una madre nos la donó y nos regaló también la mano de obra. De otra forma es imposible avanzar, ni mejorar la situacion. Lo poco que logramos es porque lo hacemos nosotras o porque nos ayudan los padres", cuenta una maestra del Jardín.
Sin embargo, uno de los peores problemas que tienen los alumnos y sus padres es el acceso: la calle Antonio Zinny. "Los dias que llueve no viene casi nadie, es imposible llegar", cuenta Fernández. Si bien existen los proyectos y vastos pedidos de asfalto, la falta de presupuesto o el silencio son las repuestas que reciben a diario los directivos de la intitución. "Nosotras venimos porque es nuestro trabajo, pero con las calles así, entiendo que los padres no quieran traer a sus hijos", cuenta otra de las maestras. El Jardín, a dos cuadras de la vía asfaltada más próxima, se convierte en una isla los días de lluvia. Si las precipitaciones duran varias horas, las aulas corren la misma suerte: el agua se filtra por debajo de las puertas y las maestras tienen que limpiar y secar los pisos antes de que lleguen los alumnos.
Durante la visita de lamatanza.clarin.com, una inspectora se presentó ante los padres del colegio y, ante los reclamos de refacciones, les pidió que "vayan personalmente al Consejo Escolar una vez cada diez días, por lo menos cinco padres, para que atiendan el pedido".
Tanto el Jardín N° 1013, como la Escuela Primaria N° 213 y la Secundiaria N° 57, sigue en las mismas condiciones desde hace cuatro años. "No creemos que esta situación cambie pronto", dicen los docentes. Por el momento, directivos, maestros y padres siguen pidiendo y reclamando por una intraestructura digna.
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